Problemas de equilibrio y coordinación, alteraciones del tono muscular, espasmos, temblores, disminución de la sensibilidad y pérdida de funciones corporales son algunas de las manifestaciones que se presentan cuando ocurren daños neurológicos.
Para pacientes con estos problemas motores, la fisioterapia neurológica tiene la respuesta. En ella se reúnen conocimientos de neurociencia y de terapia física o terapia del movimiento para mejorar su calidad de vida y minimizar las secuelas del daño.
La fisioterapia neurológica es la rehabilitación neurológica de pacientes que han sufrido daños al sistema nervioso, que se manifiestan como deficiencias motoras. La rehabilitación busca que los pacientes alcancen niveles físicos, sensoriales, psicológicos, intelectuales y sociales que les permitan su independencia.
Con este tipo de terapia se atiende a pacientes con espina bífida y parálisis cerebral, esclerosis múltiple y lateral amiotrófica, Parkinson, Síndrome de Guillian-Barré, traumatismos craneoencefálico o de la médula espinal, accidentes cerebro-vasculares, ataxia, distrofia, distonía y neuropatías en general. Las personas con estas enfermedades o daños suelen presentar dificultades de movilidad, para caminar, falta de equilibrio, descoordinación en la función brazo-mano, problemas de postura corporal y dolor.
Lo primero que se debe considerar es que no todos los casos son iguales. Dependen de la enfermedad o del daño neurológico subyacente y del grado de afectación al sistema nervioso. La terapia puede atender desde pequeñas dificultades motoras hasta dificultades severas y limitantes y daños secundarios, logrando mejoras funcionales. En algunos casos no se logra la recuperación total, pero otorga independencia y mayor calidad de vida al paciente.
La edad no es un factor limitante para aplicarla, aunque debe tomarse en cuenta la edad del paciente; tampoco lo es, en el caso de un accidente neurológico, el tiempo transcurrido. Esta terapia actúa sobre la capacidad plástica de las neuronas logrando buenos resultados incluso tiempo después de causado el daño o en edad avanzada.
Debido a que el origen o el tipo de daño son diferentes en cada paciente, deben considerarse muchos factores para lograr la eficacia deseada. En primer lugar, se debe considerar la localización y grado de daño al sistema nervioso. Además, hay que considerar la presencia de otros problemas médicos y la medicación asociada, la forma física y el estilo de vida previos al daño. Y de suma importancia, los aspectos psicológicos, como motivación y estado cognitivo, que se verán reforzados por el apoyo familiar y social.
Existen diferentes métodos para el tratamiento de daños neurológicos. Son conocidos los métodos: Bobath o de terapia de neurodesarrollo; Vojta, más aplicado a niños; Kabat o técnica de facilitación neuromuscular propioceptiva; y Perfetti, basado en ejercicios cognoscitivos.
Recientemente se ha comenzado a utilizar la realidad virtual como complemento a la fisioterapia para mejorar no solo la forma física del paciente, sino también sus habilidades cognitivas. Sin embargo, todos buscan, de una u otra forma, educar y aconsejar a los pacientes afectados para el manejo de sus síntomas.
Dependiendo del caso, se trabajará más el equilibrio, la autoconfianza, la conciencia corporal y el control del movimiento, la alineación corporal o la habilidad de caminar. También les enseñan a los pacientes el manejo de la fatiga, del dolor y de la tensión muscular y espasticidad a través de ejercicios cardiovasculares y de fuerza.
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